En nuestro país el hip-hop tiene como punta de lanza a los breakers. De hecho, hay dos antecedentes que aunque parezcan ilusorios cimentaron las bases para el desarrollo del hip-hop en el país. Uno es el programa de televisión "Sábados Gigantes" y el otro es la exhibición de una película en un canal de televisión abierta. En los primeros años de la década de los 80´ el show de Don Francisco invitó a su programa a un grupo de breakers. Dicha presentación, en cierta forma, masificó y dio a conocer este nuevo estilo de baile desconocido en Chile. Por otro lado, Tvn exhibió la película "Beat Street", lo que para muchos significó la puerta de entrada al hip-hop.
Con ambos antecedentes jóvenes de comunas periféricas de Santiago comenzaron a practicar break y surgieron los primeros grupos de b-boys. A eso se suma la llegada al país de hijos de exiliados que traían consigo códigos de hip-hop que acá no se conocían. Entre estos retornados se puede destacar a Jimmy Fernández, que después conformaría el grupo La Pozze Latina, como uno de los pilares de este nuevo movimiento cultural.
La Calle Bombero Ossa, a pasos del paseo Ahumada, fue el primer centro de reunión de aquellos que se identificaron con el hip-hop. Una radio y una tabla de cholguan bastaron para que naciera en Chile lo que se conoce como "Vieja Escuela", tal como se conoce a los primeros cultores de hip-hop en el país. Allí también se reunían grupos como Los Marginales, La Pozze Latina, Los Panteras Negras, Gravedad Zero y uno que otro graffitero. Ellos comenzaban a generar una incipiente comunidad.
Las razones para que el hip-hop se propagara como una plaga son variadas: un discurso de alto contenido político hecho y dirigido a jóvenes que también se sienten excluidos, un mensaje antisistémico, una homogeneidad entre los componentes de la escena, entre otras cosas.
Los años fructíferos y de expansión del hip-hop en Chile tuvieron un corte más o menos súbito. Después de la gran popularidad que alcanzó Bombero Ossa el movimiento comenzó a disminuir y a eso se agrega la caída de la dictadura terminando, en parte, con una imagen de enemigo que tenían estos jóvenes.
Recambio generacional
Esta especie de decaimiento dio paso a la "Nueva Escuela", ya que a mitad de los años 90´ explota otra fiebre por este movimiento cultural. Surgen nuevos grupos que con su juventud terminan de construir el edificio que cimentó la "Vieja Escuela". De ese periodo las bandas más destacadas son Demosapiens, NCS, Los Araya, etcétera. Con eso, Bombero Ossa se hace pequeña y obliga a cambiar el centro neurálgico del hip-hop en Santiago. La nueva casa era Estación Mapocho.
Comienza a masificarse el movimiento. Fue clave en esta expansión el primer álbum del grupo Tiro de Gracia, "Ser Humano". Nuevamente todos los ojos del país se centraban en el hip-hop. No obstante, tal como pasó en Estados Unidos, el mercado estrujó a más no poder las ramas del movimiento. Si bien se editaron discos notables como "Aerolíneas Makiza", también se lanzaron bodrios que dejaban mucho que desear.
De igual forma, aun siguen vivos colectivos que ven en el hip-hop una salida de escape, la principal arma para manifestar su descontento y una importante herramienta educativa. Organizados en torno a talleres dirigidos a jóvenes y niños continúan con la esencia de antes. Uno de los más importantes es la Red de Hip-Hop Activista
En la actualidad los grupos que han mantenido vivo el movimiento son los que transitan en la escena subterránea. Muchos pretenden catalogar a esta tercera generación como la "Novísima Escuela". Veamos si se sienten cómodos con tal calificación. De lo que no hay duda es que la caja y el bombo seguirán sonando, que siempre habrán muros por pintar y que una tabla de cholguan acogerá a quien quiera bailar sobre ella.
